hypocaustum verdeDetalle del hypocaustum del yacimiento romano de El Beneficio

  El enclavearqueológico de El Beneficio - Miaccum: Hacia el concepto del ecomuseo

Arqueología, Historia y municipio

En 2004, tras un programa inicial de estudio del Patrimonio Histórico-Cultural del municipio de Collado Mediano, el Ayuntamiento de esta localidad decidió realizar una apuesta fuerte por el impulso de los valores de este patrimonio y especialmente por la búsqueda de lo que fueron sus raíces.

La Historia de los pueblos no se limita exclusivamente a lo que señalan los documentos. Si fuese así, la identidad de un municipio como el de Collado Mediano tan sólo podría ligarse a la existencia de citas textuales en las que figure, bien su nombre, bien alguno de los lugares que fundamentan su territorio.

Collado Mediano, textualmente, según señala la magnífica obra de investigación de Javier Espinosa Montalvo editada en 1996 por el propio autor, tan sólo aparece en documentos de fines del siglo XIII. En ellos se señala su dependencia de esa entidad territorial mayor que fue el Real de Manzanares.

Siendo más puristas, tan sólo podríamos hablar de Collado Mediano como entidad individual y propia desde el momento en que consiguió su condición de Villa, allá por 1630, momento en el que se escindió de las tierras de los Mendoza, señores del Real de Manzanares tras diversos e interesantes avatares históricos.

Pero la Historia sobrepasa casi siempre estas menciones. Hay otra forma de leer los orígenes de un lugar: a través de la arqueología.

La arqueología como disciplina de investigación histórica no es bien recibida por muchos. Algunos la ven como la ciencia enfrentada al ladrillo y a la urbanización; otros, también desde esa perspectiva miope la ven como una aliada de esos mismos intereses. Lo cierto es que, como ciencia, ni a unos ni a otros sirve. Ahora bien, resulta incontestable que es tan sólo mediante la arqueología como podemos alcanzar a comprender los acontecimientos del pasado remoto que quedan velados para la Historia debido a la ausencia de documentación escrita.

Esa ha sido y es la apuesta de este municipio. Ha querido y ha sabido buscar en sus raíces el origen y la identidad no sólo de un lugar, sino de una comarca. Y es por eso que Collado Mediano, con su relativa modestia, pasó a convertirse en el punto de atención de la Sierra Noroeste de Madrid gracias al hallazgo e investigación de un enclave romano de tanto interés e importancia como el de El Beneficio.

Ahora, a tres años vista, los trabajos de excavación arqueológica y la investigación van a permitir poner en valor el yacimiento mediante un Centro de Interpretación arqueológica. Sin duda este tipo de iniciativas permitirán a la localidad gozar de un notable desarrollo turístico y colocar a Collado Mediano en una privilegiada situación como destino turístico privilegiado de la Comunidad de Madrid.

El Beneficio: enclave romano singular

El Beneficio es nombre complejo, topónimo de no sencilla asimilación directa a un uso o usufructo determinado del terreno. Nos señala sí la posesión y disfrute de un espacio de terreno, bien como beneficio de sus riquezas (quizás la minería de la piedra), bien –como señala Javier Espinosa- como beneficio eclesiástico. El caso es que en un lugar de toponimia tan destacada como El Beneficio, Prados Santos o la Argamasilla, a la orilla del Arroyo de los Linos y a un paso de la Sierra de Guadarrama de la que depende directamente y a cuyas puertas queda, han dormido durante dos milenios las ruinas de lo que fue una posada romana.

En el siglo II después de Cristo, bajo el mandato del Emperador Antonino Pío, se realizó una de las versiones Itinerarias que debían circular por el Imperio. Esta suerte de mapas de carreteras permitía a los viajeros no sólo conocer los caminos que debía recorrer en sus viajes, sino, sobre todo, ponía a su disposición la posibilidad de planificar los viajes. No menos importancia debía tener este tipo de información para un estado como el romano que, a fuerza de obras públicas, dominio militar y explosión cultural, se había convertido en un Imperio.

La actual Comunidad de Madrid fue, antes de la romanización, un reducto de la Carpetania donde habitaba un pueblo del que los historiadores clásicos nos han hablado con benevolencia. Los carpetanos han sido generalmente asimilados a gentes menos belicosas que sus vecinos Lusitanos, Celtíberos o Vacceos. De ellos, dejando a un lado alguna alusión a alianzas con Viriato, no se conocen gestas de valor extremo como las que los celtíberos llevaron a cabo en Numancia. Por el contrario, siempre se ha magnificado su colaboración estrecha con el invasor imperialista.

Cuál pudo ser el interés económico o estratégico de este territorio para Roma es algo en lo que aún estamos investigando. No puede dejarse de lado que el bien principal de estas tierras es la minería. Es cierto que no muy destacada y tal vez tampoco muy rentable en cuanto a su explotación industrial, pero sin duda de cierta importancia para economías mixtas, de carácter sencillo como las de los carpetanos. Como fuente potencial de explotación de riqueza mineral (cobre, plata y algo de oro principalmente) debió llamar la atención de los romanos, quizás no tanto para su explotación directa como para el control exhaustivo de su posible uso. La historia nos ha enseñado que un Imperio puede tener interés no sólo en explotar u n territorio, sino, sobre todo, en controlar los recursos que, en cada época, se consideren estratégicos.

Cuando todos los caminos conducían a Roma

En el Itinerario que antes señalamos había una serie de puntos, ubicados estratégicamente en el territorio, a lo largo de los caminos romanos. En estos puntos se supone que se establecieron lugares de parada para el viajero. Hace décadas se pensaba que estas paradas debían de corresponderse con ciudades o pequeñas aldeas (vicus) bajo el control del Imperio. Ahora sabemos que no siempre fue así y que en ocasiones estas paradas no eran más que fondas o posadas situadas en los enclaves necesarios y también estratégicos.

Nuestra Comunidad ha estado ligada durante años a una mítica polémica asociada al Itinerario de Antonino y al paso de un ramal de la vía de Emerita Augusta (Mérida) a Caesaraugusta (Zaragoza), aparentemente a través de la Sierra de Guadarrama. Durante décadas el paso de esta sierra en época romana se situó en el puerto de La Fuenfría a través de donde el camino, desde Segovia, procedente de Cauca, se dirigiría hacia Complutum a través de Miaccum y Titulcia.

En Segovia tenemos la evidencia incontestable de una de las más colosales y majestuosas obras de ingeniería hidráulica del Imperio: el acueducto…pero desde aquí y hasta la actual Alcalá de Henares (Complutum) las evidencias no son tan claras ni destacadas.

Collado Mediano tiene en su territorio y ante sí una riqueza y un reto destacados. En el municipio, tras las primeras investigaciones arqueológicas, se conservan los restos de una calzada, una de las primeras de la Comunidad de Madrid que, por su asociación directa con una posada romana, ha podido certificar su antigüedad sin género de dudas.

El Imperio Romano organizó su red de carreteras desde un concepto centralista e imperial. Por eso, el nexo de unión de todas ellas, y su punto inicial, se situó hipotéticamente en Roma, aún cuando la referencia más cercana para el viajero fuese siempre la ciudad más grande y próxima dentro del territorio de influencia. En este caso, esa ciudad, teniendo en cuenta las fuentes escritas, pudo se Complutum o Titulcia –de localización aún desconocida-, dentro ambas de la antigua Carpetania indígena y relacionadas con Miaccum según señala el Itinerario de Antonino Pío.

El Beneficio y la mansio perdida de Miaccum

O no lo fueron hasta que en 2003 se iniciaron las excavaciones del yacimiento de El Beneficio. Allí se localizaron los restos de un edificio cuadrangular, de proporciones regulares y en cuyo interior se han ido descubriendo –y aún se siguen descubriendo- los restos de las diferentes estancias que conformaron una posada: un área termal (baños), una cocina, un comedor amplio y unas salas de dormitorio.

Nada de lo hallado puede ser considerado majestuoso ni espectacularmente destacado. Esta ausencia de lujo decepcionó algunos investigadores que suponían y defendían que una posada (mansio) debía ser algo más destacado…como si en el Imperio todo hubiese sido Roma y su esplendor.

A nosotros, por el contrario, la modestia del edificio, junto a sus características constructivas y los restos recuperados, pero sobre todo la entidad de los restos de calzada empedrada que se le asociaban, nos permitió pensar acerca de cuestiones más profundas. Así, se empezaba a entender que el Imperio no se había desentendido de este rincón serrano, pero también que la modestia de los enclaves y las infraestructuras parecía hablar de dos claves para la romanización de este sector: su cronología más reciente que en otros ámbitos y su carácter secundario.

Además, con los datos en la mano, y aún cuando las hipótesis lanzadas pudieran ser más o menos acertadas, empezaba a descubrirse el velo de misterio que se asociaba a la existencia de Miaccum y sobre todo a su ubicación.

La investigación sigue su curso y es aún mucho lo que queda por recorrer y por avanzar. Los primeros frutos deben conducirnos a interpretaciones más meditadas y sobre todo a conclusiones que excedan el marco local para explicar el modo en que esta zona serrana funcionó respecto a esa entidad superior que fue el Imperio.

La difusión: Arqueología y turismo

Pero si el trabajo científico es imprescindible y posee un valor innegable, se nos presenta un reto mayor. Hasta hace unos años la arqueología se había relegado a un marco privilegiado de especialistas en cuanto ciencia y así debe seguir siéndolo, pues la ciencia es cosa de científicos y tan perjudicial resulta el diletante aficionado a nuestra ciencia como el falso cirujano o el vendedor de crece-pelos milagrosos a la medicina. Aficiones mal encaminadas conducen a la pérdida de un patrimonio que resulta irrecuperable. Comportamientos egoístas ligados al conocimiento y posesión del Patrimonio privan a la sociedad del goce y deleite de sus riquezas en su medio natural. Es por ello que nuestro reto es el de la presentación pública de los restos. Es nuestro deber y obligación reportar a la sociedad, verdadero poseedor y custodio del patrimonio, el disfrute total y pleno de las riquezas que atesora el territorio. Es esta una labor didáctica y profesional inexcusable. Y es precisamente en la que nos encontramos.

Nuestro compromiso ha sido el de poner a disposición de la ciudadanía una visión íntima, solvente científicamente y atractiva, del trabajo realizado. Son necesarias para ello paciencia y cautela, pues es preciso saber que no podemos mostrar lo que no conocemos pues la riqueza de un hallazgo arqueológico no reside exclusivamente en su belleza, sino, sobre todo, en la explicación que de los datos se obtiene.

Desde 2005 el Ayuntamiento de Collado Mediano, la Dirección General de Turismo y la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid trabajan en la adecuación de El Beneficio para su visita y disfrute público. La Dirección General de Turismo ha financiado la ejecución de un pequeño libro guía-catálogo del lugar en el que ha colaborado un equipo interdisciplinar de especialistas de conocido prestigio como E. Martínez de Pisón, J. Mª García de Miguel, N. Morere Molinero, C. Ruiz de Smedt y F. Felipe Figueroa quienes, apoyados soberbiamente por un apartado gráfico realizado por C. Jiménez y F. Marsá han presentado las bases para el primer acercamiento al municipio de Collado Mediano y sobre todo a ese legado que Roma dejó en nuestras tierras.

El yacimiento de El Beneficio-Miaccum y su equipo investigador están integrados en el Proyecto de Investigación de la Universidad Rey Juan Carlos y la Comunidad de Madrid denominado

Este libro, de formato revolucionario, fue el primer paso de un camino más largo que debe conducirnos a la puesta en valor y su entrega al público, del yacimiento de El Beneficio-Miaccum.

Pero esta entrega ha de ser realizada en las condiciones idóneas para que el disfrute sea pleno. Por eso la Dirección General de Turismo ha planteado la puesta en marcha de un Centro de Interpretación del yacimiento y del municipio dentro de la comarca de Sierra de Guadarrama. Por su parte la Dirección General de Patrimonio se ha comprometido a la adecuación del yacimiento para facilitar la visita. Mientras tanto, los trabajos de investigación y excavación continúan de modo que la explicación que podamos ofrecer al público sea lo más completa posible.

Es la intención de la Corporación municipal convertir el enclave de El Beneficio-Miaccum en un centro de difusión del Patrimonio. El concepto más cercano a la idea del equipo de investigación encargado de su estudio y puesta en valor, liderado por J. Jiménez Guijarro, es el del ecomuseo. En definitiva, las más recientes definiciones de la nueva museología se refieren a los enclaves como museos, poniendo especial énfasis en la necesidad de atender al elemento patrimonial no sólo en su individualidad, sino como parte integrante de un conjunto de valores añadidos. En nuestro la apuesta es clara: el elemento patrimonial es El Beneficio-Miaccum y su entorno inmediato en tanto en cuanto espacio natural dotado de notable valor.

La tendencia a convertir los yacimientos arqueológicos en museos de sitio implica ordenar su espacio y preservarlo para el disfrute y deleite de la sociedad. Esto incluye la potenciación de su valor como destino turístico, motivo por el cual el enclave de El Beneficio está incluido en el Proyecto de Investigación HIRYT (Turismo, Historia, Territorio) de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, liderado por la Dra. Nuria Morère Molinero y en el que participa el equipo de investigación del Ayuntamiento.

Patrimonio y respeto: clave de éxito

Este yacimiento, en su modestia singular, como otros muchos en su destacada majestuosidad, es un legado de la Historia a la sociedad. El tiempo, casi dos mil años de tiempo, nos ha guardado con celo este tesoro. Es nuestro deber pues, conseguir que sea a su vez legado para la posteridad y apuesta de futuro para los ciudadanos del mañana.

Hoy en día estamos acostumbrados, demasiado acostumbrados lamentablemente, a los excesos vandálicos cometidos por individuos y grupos de individuos que consideran que sus actos son importantes y que su destrozo es una forma de llamar la atención de la sociedad y perpetuar su nombre. La Historia nos enseña que esto no es real. La apuesta de este municipio es una apuesta costosa que requiere de la participación de todos para su preservación. No vale sólo con que la ley castigue determinados actos contra el Patrimonio Histórico…es necesario que el ciudadano sepa acercarse a lo que fue una ruina y admirarla en su belleza, pues esa ruina le pertenece a él, como a todos los ciudadanos. En esa contemplación cuidadosa puede pensarse en el significado de la posteridad, del pasado y del futuro, pues esa contemplación es una oportunidad única de fijar la mirada en un pasado remoto y pensar en los seres que habitaron ese mundo ancestral, y en cuánto habría de similar o de diferente en ellos… Es pues necesario el respeto y cierta reverencia hacia estas ruinas. En ellas nos reconoceremos todos y a través de ellas nos conocerán los demás. Si hacemos buen uso de este enclave; si lo cuidamos, será la oportunidad de que todos sepan que Collado Mediano fue un día un pedacito de Roma.

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