De todos los halagos que pudieran decirse sobre Collado Mediano, uno de ellos es sin duda la posibilidad de poder diseñar todavía unas rutas por la Naturaleza, algo que no resulta ya tan fácil en una comarca destinada a formar parte de un área metropolitana que ha explosionado en las últimas décadas por todos sus puntos cardinales.
Aprovechando por tanto este "todavía", se ofrece una guía destinada tanto a personas aficionadas al senderismo, como a posibles lectores que sientan curiosidad por conocer las características de este entorno francamente privilegiado de la Sierra Madrileña.
Collado Mediano es también un pueblo que posee una situación bastante centrada dentro de su comarca, algo que permite desarrollar una de las ideas de esta obra: Ofrecer, aparte de paseos por el término municipal, otros a pueblos cercanos que se localizan por sus cuatros costados, aportando finalmente una información complementaria sobre cómo volver en un transporte público que en los últimos años se ha desarrollado considerablemente, sobre todo en lo referente a frecuencias horarias.
Otra idea —en cierto modo novedosa— que se expone en esta topoguía es el no limitarse sólo a describir los recorridos, sino ofrecer también capítulos individualizados en cada ruta sobre descripción e interpretación del paisaje. El paisaje, desde un punto de vista conceptual, es un término que no se restringe al simple disfrute de escenarios o panorámicas más o menos atractivas. Paisaje significa también preguntarse por qué cada elemento del territorio está situado en un lugar determinado, saber que condicionantes morfológicos, ecológicos y antrópicos influyen en su presencia. Elementos todos ellos que mantienen una fuerte interrelación, configurando ecosistemas que pueden ser delimitados sobre un plano y también descritos a través de itinerarios como los aquí propuestos.
Se ha intentado por lo tanto abarcar en lo posible todas las unidades de paisaje y lugares de interés que conforman el municipio. Tarea no fácil de conseguir por la existencia, sobre todo al norte del término, de grandes fincas privadas a las cuales no se puede acceder. Por esa razón, no se incluyen sitios de cierto interés, como la ermita del Montecillo o la cumbre del Cerro Jarahonda, que están situados dentro de estas grandes fincas privadas. Transitar por lugares de dominio público no significa, por el contrario, que no haya que traspasar alguna que otra puerta que legalmente debería estar abierta. Las vías pecuarias, como ejemplo más claro, presentan un rosario de infracciones no sólo en este municipio, sino en la mayor parte del territorio nacional. En fin, como senderistas, no está de más saber también qué derechos nos acogen al transitar por el campo.
Consejos Útiles:
- Calzado: Es más seguro calzar botas que zapatillas ante el riesgo de torceduras.
- Una cantimplora llena de agua puede venir bien, pero no es imprescindible en estas rutas, a no ser casos de sedientos compulsivos o días de verano muy calurosos.
- Ganado: Si os asustan las vacas, tened en cuenta que ellas os tienen más miedo que el que podáis tenerle vosotros. Pasad ante ellas lo más tranquilamente posible, sin gritar ni hacer aspavientos. En las dehesas de la sierra se cría algún ganado de lidia, pero siempre dentro de fincas privadas.
- Cazadores: La veda de caza se abre a mediados de octubre y se cierra a finales de enero o en el mes de febrero, dependiendo del tipo de caza. En la Comunidad de Madrid cada vez son más habituales los conflictos entre cazadores y paseantes campestres. Estos primeros pueden mostrar a veces actitudes prepotentes que, en realidad, esconden el miedo lógico a disparar a personas. Por lo tanto, si se oyen disparos cercanos conviene situarse en los lugares más abiertos y despejados posibles, no entre matorrales ni fuera de los caminos. Incluso podemos descubrir nuestra presencia dando una voz. Todo vale con tal de ser identificado como caminante, y no como un conejo.